Gran Fonda Los 4 Fantásticos Gran

Así como suena, tal cual. Esa es mi exageración de lo que fue una humilda pero bien armadita chichería en el Valparíso Sporting Club de Viña del Mar, hace ya dos años.
Desde que conocí a Lancelot –aquel personaje imaginado, contraparte de pepe grillo interno, y que te incita al desorden-, mi primer dieciocho realmente distinto y de austero consumo de brebajes ocurrió justamente cuando con mis partners nos tiramos a la piscina y colocamos una fondita alternativa, humilde, pero con mucha onda. Nuestros vinos arreglados causaron furor, siendo reconocidos por la mismísima prensa escrita de aquel entonces. El producto era una exclusividad del local e imposible de encontrar a kilómetros a la redonda. Desde el lejano Alejo Barrios, llegaban compatriotas buscando el tonto vino con chirimoya (con pulpa importada del valle de Quillota), con frutilla o con durazno. Nosotros felices, accedíamos en darles en el gusto por un precio módico que nos ayudara a tener algunas gananciales. Lo que no imaginamos fue que tendríamos intangibles, como el tener la perspectiva amplia y sobria que nos permitieron disfrutar a carcajadas del comportamiento nacional en período de fiestas. Es que pasar un 18 bueno y sano, y más encima trabajando fue una experiencia verdaderamente extrema para 4 universitarios despreocupados y con escasas responsabilidades (claro que sin el apoyo incondicional de las respectivas piernas suaves no habría ninguna historia). Por ejemplo, nuestro mejor cliente llegaba cada día a la misma hora con pinta dominguera, y con una mirada de complicidad ordenaba la primera jarra de borgoño. Con el ritmo de la música acompañando cada levantada de codo, mi compadre llegaba fácilmente al tercer pedido y, que duda cabe…ya no era el mismo. Sin embargo, cancelaba su cuenta y se retiraba dignamente para volver al día siguiente y repetir la historia. Ya le habíamos tomado cariño, si ya charlábamos sin tapujos y hasta quería que nos fuera bien, manifestando preocupción si veía poco movimiento. Imagínense que el último día llego son su santa madre. Eso fue un verdadero halago para nosotros. Porque si vas a sacar a tu madre, la sacas a un buen local, y ese local fue “Los 4 Fantásticos”. Pero claro, habían clientes menos dignos que eran las verdaderas fuentes de risa. La desfiguración de sus rostros era notable…incluso tuvimos un emocionante encuentro casual entre dos hermanos que no se veían hace 5 años….para ser más exactos hace 5 años y un día….ese sí que fue reencuentro…y nuestro humilde local….realmente merecía ser registrado por algún noticiero. Cómo llegaban a sus casas nuestros clientes….? En realidad no creo que hayan llegado todos…..Ahora me pregunto si alguno de ellos pasó a ser parte de las estadísticas que carabineros maneja en estas fechas…
Éramos concientes que a nos ser por la chichería, seríamos nosotros parte de la observación de algún otro trabajador bueno y sano. Tal vez la chichería nos haya salvado la vida, wuau.

Y así llegó el año siguiente. Luego del éxito obtenido previamente, decidimos que sería mejor retirarse habiendo llegado a niveles de alcohol tan bajos en la sangre. Como somos nostálgicos, fuimos al Sporting, al lugar nuestro, para ver que clase de emprendimiento de realizaba. Pero no,…ya no era lo mismo. Ya no visualizamos borgoños ni vino con chirimoya, y el sonido de Inti era reemplazado por don Omar en el mismo local que hacía un año un matrimonios sueco-chileno vivenciaba al son de un “Samba Lando” nuestro espíritu dieciochero. Por cosas del destino, terminamos retirándonos en un bochornoso incidente que contempló entre otras cosas, botellas voladoras y amenazas varias, esas sí que son mis fiestas patrias!
Tal vez en castigo al año pasado, la vida me regaló la posibilidad de pasar las fiestas en la más absoluta ley seca en medio de la pampa… al servicio de la nación en una paciente búsqueda del recurso energético para disminuir nuestra enorme dependencia….. Así me repetía, como para darme ánimo al estar en medio de la nada un 18, convencido de que era parte de algún escuadrón que luchaba por la independencia…y en parte así es.
Como cada uno cuenta sus historias, yo no podía ser menos y por supuesto que mi experiencia empresarial salió a la palestra como mi banderita de batalla. Les digo más, tal como anuncié al inicio, la chichería ya no es chichería, es Gran Fonda Gran, nada más ni nada menos. Se trata de gran carpa con diferentes salones musicales, 114 mesas, 45 garzones, barwomen, guardias de seguridad y por supuesto, banda en vivo, tipo Sonora de Barón. El sello de calidad, como ustedes podrán imaginar, era el vinito arreglado, que ahora lo puede encontrar en la más diversas clases de vinos gran reserva y frutos de exportación. Todo tiempo pasado fue mejor, y es porque se puede maquillar…un poco más, un poco menos, pero maquillar al fin y al cabo.
Mi imaginación no es tan fecunda como para colorear aún más la Gran Fonda Gran, sin embargo uno de mis socios es especialmente creativo, por lo que me encantaría saber que es lo que “le lleva” el magno evento en “Carreño Sporting Club”.